Seguramente muchos de los que leáis este post habréis escuchado la famosa frase «Homo homini lupus est» que es lo mismo que «el hombre es un lobo para el hombre» pronunciada por el filósofo inglés Hobbes o probablemente también habréis escuchado la célebre frase dicha por Rousseau: «el hombre es bueno por naturaleza y es la sociedad quien lo corrompe». Y aquí van mis preguntas: ¿Quién de los dos tenía razón?, ¿Se puede saber o es sólo una cuestión filosófica?.
Numeroso experimentos científicos han demostrado que el ser humano nace con un instinto moral y es capaz de diferenciar el bien del mal, pero también es capaz de discriminar.
Un experimento hecho por la psicóloga infantil Karen Whine y el psicólogo Paul Bloom ha demostrado que el ser humano nace con un sentido de la moralidad. El experimento consta de un bebé y una representación de marionetas. Como no se le puede preguntar a un bebé qué está bien y qué está mal debido a su incapacidad de hablar se le representa una obra.
En la obra aparecen 3 marionetas: 2 de ellas son un tigre y una un perro, de diferente color uno naranja y otro gris, y en el centro esta la tercera marioneta, intentando abrir una caja. El primer tigre, el gris, va hacia donde está la marioneta del centro y la ayuda a abrirla. Después vuelve a salir la misma marioneta del centro intentando abrir la caja pero en este caso el tigre naranja que está a la izquierda salta encima de la caja para cerrarla.
Después de este experimento se le pregunta a los bebés si sienten algo diferente respecto a los dos muñecos, para hacer esta pregunta se les da a elegir a los bebeés entre uno del los dos muñecos y los datos obtenidos son sorprendentemente en que el 85 y el 90% de los bebés especialmente los de 5 o 6 meses escogen la marioneta que ha ayudado en vez de la que no ha ayudado. Con este experimento se ha llegado a la conclusión que los bebés se inclinan hacia la bondad y son contrarios al comportamiento antisocial.
Entonces si somos buenos por naturaleza, ¿por qué no continuamos así? La respuesta es que nacemos con una moralidad bondadosa, pero es frágil, y si crecemos en una sociedad que premia ser despectivos con la gente, ser egoísta, y admirar el sufrimiento hacia las otras personas el sentido de la empatía puede verse afectado.
Según la RAE ,la empatía es la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos. La empatía es diferente en cada uno de nosotros algunos tienen más y otros menos pero al fin y al cabo todos somos capaces de ponernos en la situación de los demás. Ahora bien, vosotros pensaréis que los psicópatas al no sentir nada por nadie no tienen empatía, y bueno no es del todo cierto, ya que un estudio ha demostrado que los psicópatas son capaces de empatizar; pero solo cuando necesitan algo de otra persona, es decir que es capaz de ponerse en la piel de la otra persona para manipularla y conseguir lo que quieren.
Un experimento hecho por el neurocientífico Christian Keyisers en Holanda, ha demostrado que cuando vemos el dolor en una persona se convierte automáticamente en nuestro dolor, de una forma psicológica. En el experimento el sujeto ve un vídeo de una mano que es golpeada varias veces, después al sujeto se le golpea la mano igual que en el vídeo. Los datos obtenidos son que el dolor recibido al igual que el observado activa las mismas áreas del cerebro; por lo consiguiente sentimos el dolor de una persona igual que si fuéramos ellos .
Ahora bien una vez que vamos creciendo y nos vemos afectados por la sociedad, nuestra moralidad cambia y se adapta.
Hace 50 años el psicólogo Stanley Milgram realizó un experimento en el cual los participantes debían corregir los fallos de un sujeto si fallaban una respuesta mediante la administración de una descarga electrica, seguramente os suene este experimento pues fue llevado al cine en 2001 en la película de Das experiment , las descargas que se aplicaban no eran de verdad, pero los sujetos no lo sabían. El objetivo era averiguar hasta donde llegaba el ser humano a la hora de obedecer unas órdenes de una persona con autoridad. Los datos obtenidos nos muestran que dos tercios de los sujetos obedecieron hasta el final.
Hasta aquí parece que el ser humano es bueno por naturaleza, pero, ¿ os acordáis de la psicóloga infantil Karen Whine?: hizo otro experimento en el que a los niños se le presentaban dos platos con diferentes tipos de comida, en uno de ellos había galletas de crema y en el otro judías verdes. Otra vez aparecen 2 marionetas una de ellas come las galletas y demuestra satisfacción y la otro al comer las galletas dice que no le gusta. Al final le preguntan al bebé qué marioneta prefiere y sorprendentemente el niño no sólo coge la marioneta que comparte sus mismos gustos sino que disfruta viendo cómo se castiga la marioneta que no comparte sus propios gustos y es considerada para él como algo extraño. Si esto lo extrapolamos a una sociedad adulta podemos deducir que nacemos racistas y homófobos.
Al fin y al cabo Rousseau tenía razón, pero también Hobbes y nuestra naturaleza es incierta, estos experimentos no han aclarado esta cuestión que lleva asolando al ser humano desde tiempos de Aristoteles y es: ¿ El ser humano es bueno o malo por naturaleza?.
He llegado a la conclusión de que nosotros nos comportamos según unos valores que nos han impuesto las personas que nos rodean y otra conclusión que he sacado es que la filosofía no está tan separada de la ciencia como creemos.
Paul Sebastían Bohórquez Pico.
1ºBachillerato.